Extracto del artículo publicado por : Martha Meier M Q en el diario El Comercio
Sábado 22 de Enero del 2011
Leer nos cambia y eso explicaba siempre el doctor Luis Jaime Cisneros (1921-2011), maestro de maestros, de quien hoy se despide el Perú. Lo dijo desde cuanta tribuna tuvo a disposición. “Sociedad que no lee es una masa inerte de huesos a la intemperie. La lectura nos permite robustecer la fe en el hombre”. Desde su juventud, y durante largas décadas, este intelectual lúcido, honesto y entrañable fue también asiduo colaborador de El Comercio. Y ya desde la década de los sesenta era evidente su sana obsesión de inocularle a nuestro país una buena y necesaria dosis de “vitamina L” (de lectura). Y es que leer enseña, forma una conciencia crítica, hace pensar, soñar e imaginar y aceptar que existen puntos de vista distintos a los propios y con ello cohesiona y construye: “Si no sabemos nada sobre el lenguaje, no sabremos nada sobre los otros. Y si no sé nada sobre los otros, sabré muy poco de nosotros mismos, que somos el prójimo de todos ellos”, escribió.
Un libro es el pasaporte a una vida mejor, creativa e ilustrada, por eso el maestro Cisneros dedicó sus esfuerzos a promover la lectura, especialmente entre la niñez y juventud: “El libro debe estimular en el niño la capacidad para el asombro, para la sonrisa, para la conmoción interior […] Libros que sirvan para ir creando la certeza de que se es persona”. Y es que un libro puede transformar a un niño o a una niña de modo hermoso e insospechado, al punto de convertirlos –cuando adultos– en protagonistas del cambio de rumbo de la historia, de hazañas del espíritu y de las ciencias.