Hemos iniciado este domingo la Semana Santa con el ingreso de Jesús a Jerusalén montado en un burrito... como todos los años, ... tal vez deberíamos preguntarnos qué es la Semana Santa.
Sabemos que durante este tiempo, las narraciones de la pasión renuevan los acontecimientos de aquellos días; los hechos dolorosos podrían mover nuestros sentimientos y hacernos olvidar que lo más importante es aumentar nuestra fe y devoción en el Hijo de Dios.
La liturgia llama a este tiempo "Semana Mayor o "Semana grande", por la importancia que tiene para nosotros el celebrar el misterio de la Redención de Cristo, quien con su infinita misericordia y amor al hombre, decide libremente tomar nuestro lugar y recibir el castigo merecido por nuestros pecados.
Para esta celebración, la Iglesia nos invita al recogimiento interior, haciendo un alto en nuestras actividades y contemplar detenidamente el misterio pascual, con el corazón dispuesto a volver a Dios , con un verdadero dolor de nuestros pecados y un sincero propósito de enmienda.
La semana santa nos es el recuerdo de un hecho histórico cualquiera, es la contemplación
del amor de Dios que permite el sacrificio de su Hijo, el dolor de ver a Jesús crucificado, la esperanza de ver a Cristo que vuelve a la vida y el júbilo de su Resurrección.
La muerte de Cristo nos invita a morir también, no físicamente, sino a luchar por alejar de nuestra alma el egoísmo, la envidia, la soberbia, la avaricia, la sensualidad... la muerte del pecado para estar debidamente dispuestos a la vida de la gracia.
Acompañemos a Cristo Jesús en estos días, El te espera.
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